Sí o Sí. Salud de otoñal

Queramos o no ha llegado el otoño. Volver a la rutina tras las vacaciones no siempre es sencillo. Adaptarnos otra vez a un horario con menos tiempo de luz, el nuevo curso, el madrugar y el descenso de las temperaturas son cambios que adolecen nuestro cuerpo en forma de astenia otoñal. Un malestar que se manifiesta con una mayor irritabilidad, cansancio o somnolencia. Pero como dice nuestro refranero popular, "al mal tiempo, buena cara", y qué mejor manera para cambiar nuestro careto astringido por una radiante expresión facial que encontrar nuevos alicientes para afrontar los meses venideros. 

Bien es sabido que en la alimentación está la clave para preparar nuestro cuerpo y estar sanos y con energía, en aprender a controlar lo que comemos, eligiendo los alimentos de temporada. Las frutas, las verduras y el pescado existen (entre otros) y pueden prepararse de manera atractiva y exquisita. Como alguien dijo, adaptando al caso la célebre cita de Jesús de Nazaret (San Mateo, 3, 3-4) "no sólo de pizza y hamburguesas vive el hombre (y la mujer 😉)". Busca una dieta bien balanceada, equilibrada y sin excesos. 

También el dormir es necesario, quizás no como un lirón, pero que no nos falten 7 u 8 horitas. Y el ejercicio continuado y sin excusas son aspectos que no deben faltar entre tus hábitos saludables diarios. Activar el cuerpo reduce el estrés y mejora nuestra autoestima y humor. No te borres del gimnasio y aprovecha el mes que has pagado, sigue una rutina de ejercicios y busca actividades fitness que te motiven: bike, strenght, gap, pilates, zumba o simplemente caminar con tu pareja o algún amigo. Pero, ¡muéveteeeee!

Es posible que estos consejos te suenen a musiquilla tópica y enlatada, quizás en parte lo sean, pero no te engañes, te puedo asegurar que no hay otro camino. Si quieres sentirte bien por dentro y por fuera, has de comer bien, moverte con agilidad y descansar como un bebé. Tú mismo. ¡Feliz otoño!