lunes, 3 de octubre de 2022
Psicología en estados de emergencia
No es tarea fácil informar a un familiar que un ser querido ha fallecido en un accidente. La intervención del psicólogo en emergencias no se limita a comunicar la mala noticia, sino que debe asegurarse de que la persona la recibe adecuadamente y cubrir las necesidades de atención inmediatas que hagan falta. La persona va a necesitar a alguien cerca a quien acudir, a quien preguntar, con quien llorar. Es aconsejable que se informe de manera gradual, dejando tiempo suficiente para que sea ella quien vaya encontrando las respuestas por sí misma.
El profesional de la psicología deberá conseguir normalizar las reacciones propias de la crisis producida, estabilizar emocional y físicamente a la persona, calmarla, prestarle el apoyo personal necesario, y hacerla conectar con la realidad. Es fundamental actuar con calma, con escucha empática, estar muy atentos y cuidar nuestro lenguaje verbal y no verbal, nuestra entonación, nuestra mirada. También saber gestionar los silencios, ya que éstos permiten a la persona reorganizar su pensamiento.
¿Psicofármacos o terapias?
Resulta de lo más generalizado acudir al médico cuando sentimos que algo no funciona bien en nuestro organismo y experimentamos síntomas como: fatiga, cansancio, desgana, tristeza, excesiva tensión, estrés, problemas de concentración, etc. Éste tras su valoración y diagnóstico, si la urgencia no es inminente, o te receta él mismo psicofármacos o te deriva al psiquiatra, al cual no le temblará la mano para sentenciar su tratamiento con algún que otro milagroso estabilizador del ánimo vía oral.
Tengo la sensación que en ocasiones se recurre al método fácil y rápido, a tomar una pastilla y ¡chas!... problema resuelto… Pero la realidad es que esto no funciona así, al menos de manera consistente en el tiempo. Cuando los efectos de los medicamentos terminan, los problemas continúan ahí. ¿Qué hago ahora? ¿Los vas a estar tomando toda la vida? Entonces, ¿qué debo hacer? ¿cuándo son verdaderamente eficaces los fármacos y cuándo es más recomendable la terapia? ¿Dónde está el contrapeso de lo uno o de lo otro?
No todas las enfermedades mentales tienen la misma etiología, de ahí que se necesiten, en consecuencia, distintos métodos de intervención. Y es que las afecciones emocionales en las personas residen en estructuras neurológicas diferentes, por lo que el efecto de un antidepresivo puede ser eficaz si incide sobre una parte del cerebro donde se gestiona ese desajuste; sin embargo, puede no provocar el mismo efecto si la afección responde a una estructura neuronal donde no llega su principio activo y donde la vinculación social del individuo ejerza un mayor protagonismo sobre su salud mental.
Las medicinas pueden mitigar los problemas para muchos trastornos o enfermedades como la depresión o la ansiedad, pero es mediante la terapia psicológica de calidad como se podrán conseguir herramientas para controlar muchas de las emociones negativas afectas al propio desequilibrio neuronal. Hay ocasiones en las que son necesarias para aliviar el sufrimiento inmediato del paciente y nos hace bien tomarlas, pues a corto plazo pueden ser un buen recurso para paliar un episodio de contención emocional severo, pero será necesario hacer una evaluación global del paciente atendiendo a su funcionalidad biológica, psicológica y social para aplicar la intervención más acertada basada en la evidencia científica, integrando o no, según los casos, la farmacología como instrumento de tratamiento o combinándolo con psicoterapia. (Daniel Arenas. Psicólogo Sanitario).
miércoles, 22 de enero de 2020
Me han operado de una lesión cervical, una amiga me ha comentado que me diese varias sesiones de masaje para paliar el dolor. ¿Qué opina usted al respecto? (Marta, Córdoba)
Aunque el masaje tenga múltiples beneficios, también encontramos algunas contraindicaciones a tener en cuenta antes de realizarlo. En tu caso sería necesario en primer lugar un estudio de la evolución de tu lesión, tener en cuenta el tiempo que ha transcurrido desde la intervención y por supuesto adaptar el masaje a las prescripciones de diagnóstico y confirmación para recibir un masaje o no de tu médico.
De manera general, te comento algunos de los casos en los que no está contraindicado aplicar masaje:
− No se debe realizar masaje en la mujer durante la menstruación (especialmente en la zona abdominal o lumbar). El masaje produce aumento de sangre en la zona tratada, y a la mujer con la menstruación le puede venir una gran hemorragia.
− Tampoco es recomendable el masaje durante el 1º trimestre de gestación, debido a que hay más riesgo de complicaciones fetales e incluso de aborto durante este tiempo. Una vez pasado este periodo, se pueden retomar las sesiones de masaje (aunque nunca en la zona abdominal), siempre recostándose la paciente boca arriba o de lado, para evitar las molestias que le pueda causar la barriga boca abajo.
− En estados febriles no se puede dar masajes debido a que el masaje aumenta la temperatura corporal en general y lo que conseguiríamos sería aumentar aún más la fiebre.
− Después de cualquier intervención quirúrgica reciente no se aplicará masaje debido a la frescura de las heridas. Una vez cicatrizadas, se puede dar masajes, siempre y cuando el médico lo autorice.
− Ante cualquier infección de la piel, cáncer o tumor no se puede dar masajes porque contribuiríamos a extender la enfermedad, a la vez que, en el caso de las infecciones de la piel, nos la estaría transmitiendo esta persona a través del tacto (hongos, herpes, dermatitis infecciosas...).
− Cuando se produzca una quemadura, no se aplica masaje bajo ningún concepto porque, a la vez que extendemos la infección que producen las llamas, estaríamos llevándonos la piel del paciente en cada pase.
¿Puedo sustituir los fármacos antidepresivos por una dieta equilibrada? (Willian, Córdoba).

Si estás tomando actualmente antidepresivos y quieres prescindir de ellos, la mejor estrategia es ir retirándolos paulatinamente, al tiempo que introduce los nutrientes en tu dieta que estimulan el buen estado de ánimo, pero sin efectos secundarios. Te reitero que lo hagas bajo el control de un nutricionista o psicoterapeuta, y siempre bajo prescripción médica.
viernes, 10 de enero de 2020
miércoles, 8 de enero de 2020
Usted es psicólogo y nutricionista, qué alimentos me recomendaría incorporar en mi dieta para mejorar mi estado de ánimo. Me han hablado que el ácido fólico es bueno en este sentido. (Jaime. Córdoba)
Como psicólogo te puedo decir que existen muchos factores que intervienen en el estado de ánimo de las personas, no solamente carencias alimentarias, por lo que basar un tratamiento solamente en mejorar la dieta sería un plateamiento demasiado reduccionista. Ahora bien, en determinados casos sí es verdad que cambiar ciertos hábitos nutricionales, puede mejorar algunos síntomas de malestar anímico. Como nutricionista, en ocasiones he hablado de los beneficios de los ácidos grasos omega-3 tan fundamentales para la estructura de las células del cerebro, que pueden prevenir y mejorar el estado de ánimo y ayudar a reducir los niveles de colesterol malo, mejorando la salud general del corazón. Ya sabes, semillas de lino, peces grasos como el salmón, sardinas o caballa, también nueces y huevos... También la carencia de vitamina D se ha asociado a ciertos estados anímicos, igual que con la demencia y el autismo, ya que esta vitamina está implicada en la síntesis de la serotonina y de la dopamina, por lo que pasar más tiempo al sol o tomar suplementos de vitamina D (siempre bajo prescripción médica) puede ser beneficioso. De igual manera, el magnesio puede activar las enzimas necesarias para la producción de la serotonina y de la dopamina. Para evitar la carencia de magnesio podremos comer alimentos como las algas, las almendras, el aguacate, plátanos, pipas de calabaza, leche de soja, cereales integrales, salvado y verduras de hoja verde. Otros minerales como el zinc, el selenio o el hierro actúan de manera parecida, mejorando nuestro estado mental y de salud en general.

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