
Nos ofrece importantes propiedades a nivel muscular, nervioso y celular. Indicado en momentos de agotamiento físico, falta de energía y estrés. Es un poderoso antioxidante, eliminando radicales libres, retarda el envejecimiento celular y mejora la elasticidad de la piel. Además, para que no os aburráis.....
-Es un efectivo control de la hipertensión arterial.
-Fortalece y tonifica el sistema circulatorio, cardiovascular y pulmonar.
-El Ginseng previene la arteriosclerosis y los problemas vasculares.
-Disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) y triacilglicéridos (TAG), previniendo infartos.
-Aumenta la irrigación cerebral, con lo que acelera la agilidad mental y previene las enfermedades cerebrales degenerativas como la senilidad y la trombosis.
-Tiene efectos afrodisíacos, incrementa la potencia sexual.
-Estimula la regeneración celular.
-Fantástico tónico reconstituyente a nivel muscular.
-Combate el cansancio físico y mental.
-Incrementa la producción de glóbulos rojos previniendo anemias.
-El Ginseng refuerza la actividad cerebral, aumentando la capacidad de concentración, la memoria y la libido.
-Combate de manera eficaz el estrés y el insomnio.
-Descongestiona el aparato digestivo y protege las funciones hepáticas.
-Acelera la eliminación de toxinas y protege contra las radiaciones que producen el cáncer.
-Aumenta la atención, ayuda a los procesos de concentración, ideal para estudiantes, y agiliza la actividad mental.
......puffffff. Interesante, verdad? Creo que merece la pena prestarle algo de más atención a este prodigio de la naturaleza. Pero ¡ojo!... aunque su balance es tremendamente positivo, debo decir que en el debe hay que considerar que su consumo excesivo, durante periodos prolongados, puede provocar efectos secundarios tales como ansiedad, nerviosismo, taquicardia, insomnio, dolores estomacales, migraña, síndromes febriles o tensión muscular. Por eso su consumo ha de ser controlado y no superar los 20 días consecutivos, ni sobrepasar la dosis de 1 gramo al día.
El Ginseng está disponible en distintas formas, como, por ejemplo, té, pastillas efervescentes, cápsulas, extractos, tabletas, raíces, chicle, cigarrillos, caramelos y en forma de jarabe líquido.