APORTE DE SODIO EN LA REHIDRATACIÓN TRAS EL EJERCICIO

Tras un ejercicio de resistencia de larga duración. Si la rehidratación se realiza solamente con agua, la sangre se diluye y disminuye su osmolaridad (equilibrio de la concentración de todas las partículas químicas que se encuentran en la parte líquida de la sangre) suprimiendo el deseo de beber. Si solamente se bebe agua sin electrólitos se repone poco líquido y se fomenta la producción de orina. Es necesario ingerir preparados que contengan una cantidad de sodio igual o mayor a la que se pierde por el sudor para conseguir una rehidratación completa.

El principal electrolito presente en el sudor es el sodio. Cuando los niveles de sodio se encuentran por debajo de lo normal se habla de hiponatremia, es decir, una sobrehidratación como consecuencia de una intoxicación hídrica por excesiva ingesta de agua sola (“envenenamiento acuoso”). Una hiponatremia severa produce desorientación, convulsiones e incluso el coma. Para evitarla se recomienda administrar una cantidad de sal, que oscila alrededor de los 2,5 gr. de sal por litro.


Las bebidas tomadas durante el ejercicio deben tener una baja concentración de sodio frente a las bebidas de rehidratación post-ejercicio, concentración similar a la del sudor, es decir, si un sujeto pierde alrededor de 4 litros de líquido en una prueba maratoniana, el contenido de sodio de este sudor fluctuará entre los 3 y 7,2 gramos, en función del grado de aclimatación del individuo. Como norma general se propone la administración de 1,2 gramos de sodio por litro de agua. (No olvidemos que no es lo mismo sal que sodio, la sal es un compuesto de sodio y cloro, mientras que el sodio es sólo sodio).