A mi hijo de siete años le cuesta probar cualquier alimento. No le gusta casi nada. Rechaza la comida y es una lucha cada vez que nos sentamos a la mesa. ¿Llegará mi hijo a comer con normalidad algún día?¿Qué puedo hacer? (Begoña, Almería)


El problema comienza cuando los niños no quieren comer prácticamente nada y se niegan a probar nuevos alimentos. De hecho, algunos siguen una dieta muy limitada a base de patatas fritas, pasta o pizza. Les horroriza la idea de comer carne, verduras y frutas. Hay estudios que indican que el niño que lleva una alimentación selectiva en su infancia, se convierte en un joven adolescente muy melindroso con la comida. Otros estudios concluyen que la tendencia de los niños a rechazar algunos alimentos va aumentando progresivamente, hasta llegar a un pico alrededor de los 6 años. Luego los niños comienzan a aceptar de mejor algunas comidas, alrededor de los 7 ó 9 años.

Cuando un pequeño no quiere comer, solemos pensar que se debe a un capricho o incluso afirmamos que que se trata de niños malcriados, y en ocasiones es así, sin embargo, también existe el trastorno de restricción de la ingesta alimentaria, que va más allá del pequeño que se niega a comer el brócoli. 

Este problema se caracteriza por la pérdida generalizada de interés por comer, que se manifiesta a través de una profunda apatía hacia la comida o la presencia de irritabilidad a la hora de comer; rechazo intenso hacia algunos alimentos por sus propiedades, ya sea el color, olor, textura, temperatura o apariencia; la pérdida de peso significativa o problemas en el crecimiento; deficiencias nutricionales causadas por una dieta desequilibrada e insuficiente, o el miedo, asco o intolerancia a ciertos alimentos, aunque se trate de porciones muy pequeñas.

Cuando el niño es pequeño lo mejor es acudir a su pediatra, quien tomará las medidas oportunas y podrá, en su caso, derivar al menor al profesional sanitario competente para diagnosticar su conducta alimentaria. 

En personas adultas la actuación del psicólogo con formación en alimentación puede ser una buena alternativa.