La nariz

Si tomas decisiones "por narices", sin meditarlas antes, sin razonarlas y sin valorar las consecuencias de tus caprichos y arrebatos, quizás no aciertes con el camino correcto. No confundas la espontaneidad del momento o el entusiasmo en un proyecto futuro con la impulsividad inconsciente de un antojo. No te engañes a ti mismo, ni a los demás; no reveles tu rabia feroz interior, mejor regula tu valiosa energía para utilizarla cuando la necesites. Vive con pasión, con deseo y buen sentido del humor y controla las riendas de tu vida, no hagas de ella una telenovela sin argumento.