Consumir alcohol antes de irte a dormir aunque inicialmente favorece el comienzo del sueño, ya que es un depresor del sistema nervioso central y reduce la actividad cerebral, posteriormente lo fragmenta
y posiblemente el sueño se haga más superficial. Esta sustancia es capaz de añadir síntomas que alteraran el sueño, haciendo que no sea reparador (cefalea, malestar general…). Hay que tener en cuenta, que aunque los efectos pueden durar entre 2 – 3 horas, en algunos individuos pueden persistir incluso cuando el alcohol ya no es detectado en sangre.
Además, también tiene serios efectos sobre la ventilación, por lo que todas aquellas personas con problemas respiratorios, no deben ingerirlo antes de ir a dormir. En general, se recomienda evitarlo siempre a la hora de dormir, pero especialmente en aquellas personas con riesgo de padecer un síndrome de apnea/hipoapnea del sueño como varones de edad media, mujeres después de la menopausia o en roncadores. También deben evitarlo las personas que tomen sustancias con efecto hipnótico sedante.